sábado, 28 de noviembre de 2009

Todos y todas a la marcha

Por: Liliana Castañeda





El pasado 25 de noviembre se llevó a cabo en varias ciudades de nuestro país el evento “¡todos y todas a la mesa, negociación política del conflicto ya! con ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. La escuela de periodismo UN estuvo presente en esta movilización organizada y dirigida por la Ruta Pacífica de las Mujeres[1].


Una mirada atrás…

La fecha escogida no es incidental, sino que fue estipulada por sesenta países en el marco de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en 1999, con motivo de un hecho sin duda trágico para el activismo de mujeres: la tortura y posterior asesinato de Minerva, Patria y María Teresa Mirabal por parte de la dictadura de Leonidas Trujillo el 25 de noviembre de 1960. Estas tres mujeres dominicanas, conocidas como “las mariposas” son desde entonces un hito de revolución y lucha por los derechos femeninos en todo el continente.


¡Qué vergüenza la guerra!

La movilización fue programada y publicitada por la organización del evento para las 11 de la mañana; sin embargo, las dificultades de acomodación de las más de 10 delegaciones de la Ruta Pacífica de las Mujeres, provenientes de todos los rincones del país, algunas centrales obreras, la alcaldía mayor y las universidades; sumadas a lo caluroso del día y el esfuerzo de los medios masivos por obtener entrevistas entre las y los asistentes; hicieron que el evento comenzara sobre la 1 de la tarde. La consigna: “las mujeres no parimos hijas e hijos para la guerra; parimos hijas e hijos para la paz”.


El evento fue organizado no solo para exigir el fin de las violencias contra las mujeres, sino también como un clamor contra la guerra y a favor de la negociación entre los bandos en conflicto armado. Al respecto la ex alcaldesa de Apartadó y lideresa de colombianas y colombianos por la paz Gloria Cuartas dijo que “tenemos que arriesgarnos en Colombia a una salida política al conflicto (…) veo a todas las mujeres y a la academia cuestionándose su papel como mujeres ante a las políticas de terror que se están imponiendo en Colombia”; para Inés Alzate, directora el departamento de la mujer de la CUT, lo más importante es “que las mujeres digamos cómo hemos estado discriminadas en el trabajo, en el hogar, cómo ha sido la violencia hacia todos y todas (..) para que las mujeres denuncien cuál ha sido su brecha salarial en el sitio de trabajo. Si las mujeres no hablamos hoy por la no violencia contra la mujer, nadie lo va a hacer”


La única característica común a todas y todos los participantes fue la diversidad, tanto de rostros como de consignas y formas de expresión, fue posible ver que las mujeres no solo somos madres o hijas: estudiantes y sindicalistas con pancartas, lideresas comunitarias vestidas de mariposa y hasta una batucada lésbica que le imprimió el toque festivo a la situación.


Desafortunadamente, somos las víctimas más perjudicadas del horror de la guerra colombiana; pero tal vez lo único positivo que puede resultar de tanta barbarie es que somos más conscientes y somos ahora agentes más politizadas en la denuncia y transformación de nuestra situación. Saber que, como dijo en entrevista con la EPUN y la Red de Prensa Alternativa del Suroccidente Colombiano la senadora Piedad Córdoba, “las mujeres nos movilizamos porque de una manera directa o indirectamente somos las que sufrimos todos los impactos de la guerra. El país en el tema por ejemplo de desplazamiento, el mayor porcentaje de personas desplazadas son mujeres” significa que lo los mensajes de las los marchantes tiene un nuevo contenido que se plasma en los cuerpos de las marchantes, los ojos de las víctimas y la memoria de un número cada vez mayor de colombianos y colombianas.






[1] www.rutapacifica.org.co